10 febrero 2016

Hoy no es un miércoles como los demás

El miércoles de Ceniza anuncia, para los católicos, el principio de la Cuaresma, un día especialmente penitencial en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios.

Hoy es un día en el que millones de cristianos en todo el mundo se acercarán a los templos a que nos impongan la ceniza, un símbolo que pertenece a la estructura de la penitencia canónica y que empezó a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X.

La ceniza simboliza:
  • Nuestra condición débil y caduca hacia la muerte.
  • La situación pecadora del hombre.
  • La Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en nuestra ayuda, y
  • La Resurrección, ya que todos estamos destinados a participar en el triunfo de Cristo.
Unido a este tiempo litúrgico que comenzamos y, en especial a este día que celebramos, hay otras prácticas religiosas como el ayuno y la abstinencia, que son consideradas también como expresión de penitencia y conversión, que han calado profundamente no sólo en manifestaciones de religiosidad popular, sino también en la cultura y hasta en la gastronomía de nuestros pueblos y naciones cristianas.

La ley de la abstinencia obliga a todos aquellos que hayan cumplido catorce años a no comer carne, y la del ayuno, a todos los mayores de edad (18 años), hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años a que realicen sólo una comida fuerte al día.

En cuanto al modo de observar el ayuno y la abstinencia, la Iglesia ha dejado en manos de las Conferencias Episcopales que éstas lo determinen, así como la posibilidad de sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad. Un ejemplo de ésto lo encontramos en la ciudad de Sevilla, en la que el Viernes Santo, se exime de guardar el ayuno. ¡Como si todos los sevillanos fueran costaleros y tuvieran que soportar sin alimento alguno sobre sus hombros el peso de los pasos de la Semana Santa...!

Además del ayuno, otra vivencia religiosa cuya práctica resulta también muy recomendable es la oración y el ejecicio de obras de caridad, sobre todo la limosna.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Bartrolomé!

Me ha encantado el título que le has puesto a tu entrega de hoy...Es cierto..No es un miércoles como los demás...

Al recibir la ceniza tomamos conciencia que el fuego del Amor de Dios, consume nuestro pecado... Al tocar esa ceniza con nuestras manos, es como percibir el peso de nuestros pecados, consumidos en la misericordia de Dios, es “poco peso”,...Observar aquellas cenizas es reconfirmar nuestra fe pascual: Seremos cenizas, pero destinadas a la resurrección...” En las palabras del Padre Enzo Bianchi.

Pues bien...
Que esta Cuaresma llene tu corazón de la Gracia de nuestro Señor!

Jesús te ama.

Luisa desde Perú
levantateysalacaminar.podomatic.com

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