La moda es algo cambiante por definición, nos hace cambiar nuestro
modus vivendi y nuestra forma de actuar, y algunas de ellas vienen hasta con nombre y todo. ¿Quién me iba a decir a mi que la falta de educación muy común que cada vez encontramos en más personas a nuestro alrededor tiene nombre? Pues sí. Su nombre es
Phubbing, y no sólo lo vemos en los demás, sino que, en ocasiones, seguro que nos hemos sorprendido a nosotros mismos practicándolo.
Pero... ¿qué es el
Phubbing? Como la mayoría de las nuevas palabras que aparecen en nuestra jerga diaria, se trata de un término que apareció allá por el año 2007 y que nació en Australia. Proviene de la unión de las palabras
Phone (teléfono) y
Snubbing (despreciar, ignorar).
Podría decirse que
Phubbing es el acto mediante el cual una persona ignora su entorno para concentrarse en su dispositivo móvil, inicialmente el teléfono móvil, aunque hoy día se practica también con las
tablets, ordenadores portátiles, etc.
Para mí, el problema principal radica en el hecho de que estamos empezando a verlo como algo normal. Antes, se consideraba una falta de educación que una persona te hablara y tú miraras a otra parte o la ignoraras y te dedicaras a otros menesteres. Hoy día en cambio, es normal encontrarse situaciones como la de un padre hablando a su hijo, y éste lo "escucha" sin mirarlo tecleando a la vez a 200 pulsaciones por minuto en su
smartphone, o grupos de personas en los que uno de ellos pregunta algo y nadie contesta porque "todos" están chateando o contando a sus contactos en las redes lo bien que se lo pasan con sus amigos. Cuantas parejas vemos en la calle abrazados cariñosamente mientras uno de los dos teclea por detrás de la otra persona... Yo he presenciado en más de una ocasión de familias enteras sentadas en la mesa de un restaurante la mar de animadas, todos ellos tecleando en sus móviles como desesperados, ignoro si chateaban entre ellos o con otras personas, aunque eso sí, todos con una sonrisa y cara de felicidad.
Hay quien dice que el
Pubbing es como una plaga que se extiende casi sin darnos cuenta, y además, aceptándolo de buen gusto. Os doy algunas cifras y datos para que os hagáis una idea de este asunto si es que aún no habéis reparado en ello:
- En los restaurantes durante la cena se ve en promedio unos 36 casos de Phubbing.
- El 97% afirma que siente que la comida tiene mal sabor cuando son víctimas de Phubbing.
- El 87% de los adolescentes prefieren comunicarse por mensajes de texto que cara a cara.
Y en esta otra estadística podréis conocer cuantas personas realizan
Phubbing en las principales ciudades del mundo:
Ya sé que no voy a cambiar el mundo, ni siquiera lo pretendo, ni tampoco pienso crear una plataforma
anti-phubbing, que también las hay, pero sigo pensando que el móvil, y en general los dispositivos móviles, nos distraen en muchas ocasiones de lo verdaderamente importante. Cuando estemos con alguien dediquémosle la atención que se merece. Cuando nos hablen, cortar inmediatamente el móvil y escuchar, escuchar, escuchar. Conversar siempre que sea posible, en lugar de teclear. La conversación nos enriquece y enriquece a las personas que la practican. Cuando tecleamos, las palabras entrecortadas y muchas veces mal escritas, debemos ser conscientes que irán a parar a un saco virtual en la nube que solo "algunos" de nuestros cientos de contactos leerán, unos pocos de ellos pulsan el "Me gusta" y en muy raras ocasiones comentan acerca de ello. La conclusión que obtengo de todo ésto es que la gran mayoría de los destinatarios de nuestra conversación en las redes seguramente "pasan" de lo que digamos o leen en el mejor de los casos, las primeras palabras. ¿Porqué no hablar sobre eso mismo con la persona que tenemos al lado?
Os propongo un acto muy heroico que podéis empezar a practicar en vuestra casa y en vuestras familias: Cuando lleguéis a casa, colgar vuestro móvil en balda alta de la librería para evitar tentaciones, junto con los móviles del resto de nuestros familiares, y sólo cogerlo cuando vayáis a salir de casa. Si lo cumplís, podéis estar seguro que habréis dado el primer paso para empezar a comportaros de forma racional y a la misma vez, hacer verdadera vida de familia.
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