Con este post abro un nuevo tema dedicado a comentar las principales películas de actualidad.
La primera película que voy a comentar es "La brújula dorada", uno de los éxitos esperados para la próxima Navidad que se presenta con polémica incluida al haberla etiquetado como "película familiar" cuando no lo es. Sobre ella, la Conferencia Episcopal Española ha emitido un Comunicado en el que expresa la conveniencia de que los padres católicos no lleven a sus hijos a verla.
El filme está basado en una serie de libros del autor británico ateo Phillip Pullman, que ha cargado en otras ocasiones contra la Iglesia católica, y que pretende construir historias en contra de las verdades de la Fe y cuestiones de hondura moral.
Para captar la atención del espectador, el filme se presenta con efectos especiales deslumbrantes y con grandes figuras del cine como Nicole Kidman, Sam Elliott o Eva Green, que de no tener en cuenta las consideraciones anteriores, pueden calar de forma subrepticia en las mentes juveniles e incluso en las familias que carezcan de juicio crítico entorno a las cuestiones morales.
En esencia, los principales malhechores en la serie de libros lo constituye "El Magisterio", formado por cardenales y hasta el mismo Papa. La brújula dorada está ambientada en un mundo paralelo en el que las almas humanas toman forma de compañeros del género animal, presentando a la heroína como una niña huérfana de 12 años que se coloca entre el fin de la libre voluntad y el inicio de una nueva era que "necesita" matar a Dios para así liberar al mundo de su tiranía.
La película tiene acción, es entretenida, tiene ritmo y está bien interpretada, y su puesta en escena pasa de la luz a la tibieza de la niebla rápidamente. Toda la película se caracteriza por un tono oscuro, en el que la atmósfera que recrea la historia es gris, triste y pesimista, con un hermetismo de sus personajes totalmente abrumador, además de contar con dosis de violencia sin venir a cuento. Sin embargo, lo presentan todo de la manera más inocente posible disfrazándolo como un cuento infantil. Para encubrir más el mensaje, han eliminado del guión las partes más anticatólicas del libro.
Como resumen, encontramos suficientes elementos que dañan la Institución eclesiástica. Quien prescinda de ello, se topará con una historia de magia y fantasía previsible, indiferente, tópica y facilona por su elemental argumento.
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