Versión cinematográfica de la divertida serie de televisión de los años sesenta sobre el pulso que mantienen esas claras parodias de la CIA y el KGB, que son las organizaciones ultrasecretas Control y Kaos.
Maxwell Smart, lleva toda su vida queriendo convertirse en agente secreto, pero su gran dominio de claves y mensajes lo tienen confinado en los bajos de las oficinas de la Agencia Control. Cuando las fuerzas malvadas de Kaos atacan por sorpresa y dejan sin hombres a Control, el Jefe no tiene más remedio que encargar a Max (el nuevo agente 86) una peligrosísima misión en la que estará acompañado de la bellísima agente 99.
Una película graciosa con una historia bien contada y con unos actores estupendos que, salvo algunos chistes groseros (al estilo Mel Brooks) que podían haberse evitado ya que no hacían ninguna falta incluir, conforman una simpática comedia para todos los públicos con algunas secuencias desternillantes y una apuesta en escena espectacular.
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