A cada ser humano se le debe reconocer la dignidad de persona desde el mismo momento de la concepción hasta la muerte natural. Este principio fundamental debe ocupar un lugar central en la reflexión ética sobre la investigación biomédica, que reviste una importancia siempre mayor en el mundo de hoy.
La nueva instrucción, aunque fechada el 8 de septiembre de 2008 (fiesta de la Natividad de la Virgen María), lo presentó públicamente el Vaticano el pasado viernes 12 de diciembre, y tiene la intención de responder a algunas de las nuevas cuestiones en este campo que suscitan esperanzas pero también perplejidades en determinados sectores de la sociedad.
La instrucción ofrece el siguiente contenido:
Primera parte: Aspectos antropológicos, teológicos y éticos de la vida y la procreación humana.
Segunda parte: Nuevos problemas relativos a la procreación:
- Las técnicas de ayuda a la fertilidad
- La Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)
- El congelamiento de embriones
- El congelamiento de óvulos
- La reducción embrionaria
- El diagnóstico preimplantatorio
- Nuevas formas de intercepción y contragestación
- La clonación humana
- El uso terapéutico de las células troncales
- Los intentos de hibridación
- La utilización de “material biológico” humano de origen ilícito
2 comentarios:
Te agradezco el post. Pensaba hacerlo yo, pero así me lo ahorro. Mañana hablaré del tema.
La nueva instrucción Dignitas Personae elaborada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobada expresamente por SS Benedicto XVI indudablemente será motivo de comentarios de todo tipo, por la importancia y trascendencia del tema que trata.
Si bien no nos corresponde evaluar su contenido debido a nuestro escaso nivel intelectual y teológico y la carencia de argumentación científica que pudiera justificar o denostar el tema de la fecundación asistida, no es menos cierto que de su lectura surgen elementos que nos mueven a reflexionar.
Es de suponer que quienes acuden a estos métodos lo hacen impulsados por la necesidad y no por snobismo, y la posibilidad de desarrollarse como padres, cumpliendo el mandato de “creced y multiplicaos” cuesta entender que sea incompatible con la solución científica, cuando esta es una posibilidad para dar solución a problemas de infertilidad.
Se dice que:
El origen de la vida humana… tiene su auténtico contexto en el matrimonio y la familia, donde es generada por medio de un acto que expresa el amor recíproco entre el hombre y la mujer.
Es irrebatible este concepto, aunque podría matizarse para hacerlo un poco más abarcativo y siendo tal cual se lo plantea,
¿Qué pasa con quienes dentro del matrimonio no cumplen con la castidad conyugal?
Cuando los actos propios de los esposos, como muestra del amor recíproco no tienen el objetivo de la procreación, ya sea por cuestiones de determinación o por la utilización de cualquier medio que atente contra la fecundación, estaremos en la otra cara de la moneda del tema que estamos tratando.
Con lo cual, si quienes utilicen o simplemente piensen en métodos no naturales para concebir, o métodos no naturales para no concebir quizás estén inmersos en situaciones similares a la de los católicos divorciados en nueva unión, cuya imposibilidad de acceder a la comunión (por citar sólo un ejemplo) es motivo de inquietud entre quienes viven todas estas problemáticas.
La instrucción Dignitas Personae no es motivo de debate, pero indudablemente será motivo de más de una apreciación.
Mundy
labarca@ymail.com
www.labarcaglobal.blogspot.com
Publicar un comentario