23 abril 2009

Susan Boyle, ese fenómeno mediático que bate todos los records

Hasta hace poco Susan Boyle era una chica con una voz impresionante pero desconocida para la gran mayoría de los mortales. Se presentó al show televisivo Britain's Got Talent y sorprendió a todos con su maravillosa voz, rompiendo desde entonces todo tipo de récords en Internet, camino de convertirse en el fenómeno viral más potente de la historia de la Red.

Os doy algún datos para que os hagáis una idea:
Una mujer desconocida que, de un día para otro, se convierte en popular. Una mujer que únicamente había conseguido grabar un disco para la parroquia de su pueblo y que, probablemente, alguna de las 1.000 copias que se hicieron se subastarán muy pronto en Ebay a precios desorbitantes.

Os dejo con ese momento memorable que denota la sencillez de esta dama. Ojalá que la fama no la cambie...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

PRODIGIOSA SU VOZ LA DE ESTA MUJER.
Y DECIRTE QUE TIENES UN BONITO BLOG.
RECIBE MUCHAS BENDICIONES.
FOTELIAS

monocamy dijo...

Me gustó también ver cómo el jurado pasaba de la sorna preventiva a la rendición absoluta.

:)

monocamy dijo...

Cuando pregunto si has dudado alguna vez, no me refiero a si has dudado de tu fe. No.

Lo que pregunto es si has dudado de tu doctrina, que es distinto ¿No se te queda corta? ¿no encuentras fallos imperdonables? ¿no sospechas que es más de lo que dicen, o muy distinto, o no saben muy bien de lo que hablan? ¿PARA QUÉ LA NECESITAS?

Mira, tú eres humano, estás limitado, no sabes, no conoces. No sabemos. Y aún así, con tus imperfecciones y limitaciones tienes (seguro) una amplia capacidad para amar. Aunque no sepas ni sepamos ni de lejos lo que significa realmente el AMOR (lo sabremos en su momento) hoy en día puedes y podemos hablar con cierta soltura de ese concepto. Lo hemos experimentado. Lo hemos regalado.

Bien, ahora dime: si tú fueras dios, siendo limitado, siendo lo que eres ahora ¿lo habrías hecho así? ¿habrías previsto una condenación irremediable para alguno de los seres que crearas? ¿les harías vivir una media de 80 años con la posibilidad de condenarse para siempre? ¿crees que sería justo, hubiera hecho lo que hubiera hecho? ochenta años contra la eternidad. Quiero decir ¿para qué dar vida a un alma que medio vivirá un segundo y sufrirá por siempre jamás? un segundo porque para ti, para dios, no existe el tiempo. Todo lo tiene presente. SABE cuál es tu final antes de crearte ¿para qué, entonces?

No sé qué piensas tú pero yo, desde luego, no lo habría hecho así. Y no puede de ningún modo pensar que Dios, infinitamente más sabio, lo haya hecho así.

Aquí alguien miente o, sencillamente, no tiene idea de lo que dice. Pero yo escucho a los ministros de la Iglesia hablar de mi padre, DE PAPÁ, y sólo puedo sonreír y resignarme. Antes me encolerizaba, fíjate, como cuando en el colegio, de pequeño, tienes la típica pelea en la que se menta al padre del otro, y reaccionas queriendo defenderlo, quieres que retire lo que ha dicho o partirle la cara. Así me sentía yo. Les oía hablar y todo lo que decían sobre ÉL parecía describir perfectamente a un paranoico. Miraba a mi alrededor y nadie reaccionaba ¡todos lo asumían, sin más! me sentía confundido y extraño. Indignado. Y me marché.

No sé por qué te cuento todo esto, supongo que porque albergo la esperanza de compartir este grito en mi corazón que me dice que todo es muy distinto, mucho más apasionante, original y fantástico. Pero que conste que no siento pena por ellos ni por nadie. Mucho mayor será la pedazo de sorpresa que se van a llevar.

Un saludo.

Bartolomé Borrego Zabala dijo...

Estimad@ Monocamy;

Larga cuestión la que me planteas para responderte por este medio, no obstante, intentaré sintetizar todo lo que pueda mi respuesta.

Cuando te dije que no suelo tener grandes dudas, me refería incluso a temas doctrinales. En concreto y en relación a tu comentario sobre la posible condenación de personas tras 80 años te digo al respecto que, a mi modo de ver, la respuesta a toda esta cuestión la encontramos en el mayor bien con el que Dios nos agració y en el fundamento de nuestras creencias: La libertad y la Fé.

En uso de esta libertad y con el entendimiento que tenemos los humanos, somos capaces de discernir entre el bien y el mal y, en consecuencia, decidir qué estamos dispuestos a hacer o no hacer, aún sabiendo las consecuencias que se pueden derivar de nuestros actos.

Si Dios hubiera querido que todos nosotros hubiéramos creído en Él y, por tanto, siguiéramos su doctrina, hubiera bastado con que en ese momento en el que, estando clavado en la cruz, el romano le dijo "Si eres Dios baja de la cruz y creeremos en tí". Nada más fácil hubiera sido para Dios que haber descendido de la cruz y con este hecho hubiéramos tenido que creer en su poder sin el más mínimo de duda, pero no lo hizo. ¿Por qué?, simplemente porque quiso darnos la libertad de seguirle al auspicio de la Fé o ignorarle, como hacen algunos.

No sé si con ésto te he respondido, no obstante, te voy a dar un consejo que yo practico a menudo: Acudir a la Virgen María cuando tengo alguna cuestión o tema entre manos. Seguro que Ella te dará las gracias necesarias y el entendimiento para que se disipen tus dudas, al menos en esta materia. Y para ello, nada mejor que el próximo mes de mayo que entra en unos días y que, como sabes, tradicionalmente es dedicado por la Iglesia a Ella.

Saludos

monocamy dijo...

Hola, Bartolomé, qué tal estás.

Pues no, no siento que me hayas respondido o tal vez no acabas de entender la pregunta pero hilaré al respecto de tu respuesta para añadir matices y tratar de dejarlo más claro.

No me sirve de nada acudir a la Virgen ¿A qué llamas "acudir"? ¿A preguntarle a ella, en mis pensamientos? ¿a ir a una capilla donde esté su imagen? Bartolomé, es mi corazón quien me grita que lo trascendental no puede ser así, no cambia nada por ponerme delante de figura de barro alguna. ¿Quieres decir que la Virgen me haría comprender por qué una parte, un porcentaje indeterminado de la humanidad, se condena para siempre? no podría entenderlo jamás ni mucho menos aceptarlo.

Eres economista, Bartolomé. Entiendes de números. Conoces las matemáticas. Dime qué podrías hacer, fuera lo que fuera, para merecer una condena sin fin. Dime cómo plantearlo sin que surja una desproporción insoportable entre daño causado y pena impuesta. Llegaría un momento en que necesariamente se desproporcionaría sin sentido. 80 años fallando... ¡o un fallo grave en 80 años, sin más! y como resultado la eternidad de castigo. Como la eternidad significa "sin final" no es posible establecer un ejemplo paralelo equivalente pero puedo imaginarme a alguien condenado a cadena perpetua... ¡por haber pestañeado sin permiso! y me quedo (insisto) i-n-f-i-n-i-t-a-m-e-n-t-e c-o-r-t-o, en tal conparación.

Te propongo algo: pregunta a tu madre si estaría dispuesta a entrar en un cielo donde no estuvieras o fueras a estar tú (dependiendo de quién falleciese primero o lo alcanzase). ¡HAZLO! aunque no me digas la respuesta pero HAZLO. Pregúntale si, habiéndoselo ganado, consentiría estar un minuto más tras tener la certeza de que tú arderías en el infierno por el fin de los tiempos.

Tú pareces una buena persona... pero tus hijos o alguno de ellos podría ser un malnacido, o alguien irrespetuoso con el prójimo, o simplemente tener el infortunio de morir en pecado mortal y no arrepentirse, por las circunstancias que fueran. ¿Aceptarías permanecer en un cielo donde no fuera a estar alguno de tus hijos? O tu esposa. O tu hermano O tus mejores amigos ¡Es que inevitablemente alguien se condena! nadie sabe quién sí y quién no. Pero si fuera alguien querido o cercano acabarías sabiéndolo, necesariamente ¿verdad? porque FALTARÍA allí ¿Y entonces qué? ¿podrías aceptarlo? ¿acudirías a la Virgen?

Creo que sabes perfectamente de qué hablo, aunque vaciles al responder. No puede ser así. No veo amor por ningún lado en un plan divino de ese calibre. No sería un dios amoroso, ni misericordioso. Ni siquiera justo. No es un cielo que me resulte en modo alguno atractivo ni deseable.

Dios... ¿cómo podría ser alguien feliz en el cielo sabiendo que alguien más se retuerce de dolor en un infierno? lo pienso y al instante se eriza el vello de mi piel ¿cómo podéis realmente aceptar un final así? Honestamente, estoy estupefacto. Pero te diré algo: no quiero ir a ningún cielo donde no estemos TODOS.

Por favor, no permitáis que os engañen así, que endurezcan vuestro corazón con sermones y doctrinas incoherentes. PAPÁ nos espera a todos. ABBÁ nos recibe a todos. Da igual si lo amas o si lo ignoras ¡no importa! ¿dejas de amar a tus hijos, si no te llaman más? NOOOOOOOO ¡los comprendes! ¡los esperas! ¿Castigarías a alguno de tus hijos fatalmente, sin posibilidad de renuncia, sin vuelta atrás en su dolor? NOOOOOOOOO. Sabes que no ¡lo sabes! Multiplica tu misericordia y amor por INFINITO y ¿sabes quién aparece, quién resulta?

DIOS. TU PADRE. PAPÁ.

Creo que lo que os pasa es que tenéis miedo a soñar. Por eso esta inquietud en mi corazón ¡esta dulce rabia contenida!. No conocéis a Papá en absoluto. Os empeáis en arrodillaros y hacerle genuflexiones... cuando lo que quiere es que le llenéis la cara de besos. Ojalá entendieras la metáfora.

En fin, lamento haberme extendido tanto. Un saludo y que estés bien.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...