El título de este post no corresponde a ningún comunicado oficial de ningún colectivo, ni siquiera ha sido divulgado en ningún informativo este hecho pero, lo cierto es que estoy seguro que todo el gremio de la hostelería y otros gremios más firmarían por una JMJ cada verano, especialmente en unos momentos tan delicados como los que estamos viviendo en muchos países, aunque de manera especial en España.
Os preguntaréis ¿A qué viene ésto cuatro meses después de tan grandioso evento? Pues la respuesta la teneis en el vídeo que os muestro a continuación, del que, aunque breve, os haré un pequeño comentario que no puedo evitar hacer y que va especialmente dirigido a todos aquellos que profirieron críticas, sentadas al sol, insultos e incluso alguna agresión para impedir que el Papa Benedicto XVI viniese a España.
Aunque a primeros del pasado mes de septiembre se hizo una primera estimación de los beneficios económicos que trajo consigo la JMJ que rondaron los 160 millones de euros, acaba de publicarse un nuevo estudio más detallado y exhaustivo del impacto económico que supuso el evento en España, el cual ha arrojado una nueva cifra de ingresos de 354 millones de euros. Sin duda los sectores económicos que más beneficiados se vieron con la venida de Benedicto XVI fueron el de la hostelería, la construcción, el de material electrónico y el de confección e imprenta, pero a estas cifras hay que añadir otros intangibles como el de la creación de empleo, las ganancias que obtuvo el Estado vía impuestos de 28,3 millones de euros, o la experiencia positiva que supuso para la gran mayoría de jóvenes de todos los lugares del mundo que manifestaron querer volver algún día a España -como turistas-.
Sin embargo, por encima de estas estimaciones, por muy reales que sean, está la huella que dejó el Papa, y no sólo entre los jóvenes, sino también entre muchos no tan jóvenes ya, que también sigueron de cerca todos los acontecimientos que tuvieron lugar durante la jornada -como yo-, o de lejos, a través de diversos medios de comunicación.
Sin duda, el lema "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" ha calado en muchos corazones y ha supuesto un mensaje de esperanza, con aires renovadores que nos ha transmitido la confianza que necesitamos los católicos ante el mañana de la Iglesia y del mundo.
Os dejo con el vídeo que os comentaba.
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