Agradable comedia romántica que concede por primera vez el protagonismo absoluto en cine a la televisiva Katherine Heigl (Anatomía de Grey), que ya se había hecho notar por su buen hacer en Lío embarazoso. Tras la trama se reconoce la mano de la guionista de El diablo viste de Prada, Aline Brosh McKenna, prácticamente en cada fotograma.
La trama se centra en Jane, perpetua dama de honor en las bodas de sus amigas, en las que pone todo su empeño para que el día de esos enlaces sea perfecto. De hecho, ha cumplido esta función en 27 ocasiones, incluidas dos bodas simultáneas, donde tenía que ir de un lado para otro, cambiar de vestido, etc. Pero Jane empieza a replantearse ese papel de segundona cuando su hermana pequeña, Tess, (una auténtica “devoradora de hombres”) le arrebata el amor del único hombre que le interesa: su jefe. Precisamente allí le conoce un periodista de sociedad, que cree tener ante él un tema perfecto para un artículo.
27 vestidos tiene a su favor que, a pesar de narrarlo de forma humorística, en su contenido se apuesta por el matrimonio “para toda la vida” al mismo tiempo que se crítica toda la parafernalia en la que se convierten muchas bodas.
En definitiva, una comedia romántica, donde están bien planteadas y con cierta elegancia las situaciones de enredo, con algunos momentos divertidos, y buenos personajes secundarios (el jefe, la hermana, la amiga, el padre, el taxista...).
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