Desde siempre, la gran obsesión del hombre ha sido volar. Ha probado todo tipo de artilugios: a motor, con pedales y alas; algunos, incluso, se han dejado caer por una ladera con final desastroso. Grandes intentos…
En agosto de 1709, despegó del suelo el primer globo aerostático. Fue el primer vuelo no tripulado. El artífice de la hazaña fue el sacerdote Bartolomeo de Gusmao, en la Casa de Indias de Lisboa, con resultado satisfactorio, pero posteriormente fue perseguido por hechicería ¿A quién se le ocurre volar?
En octubre de 1797, André Jacques Garnerin no solo consiguió despegar y sobrevolar París, sino que fue el primero en lanzarse desde un paracaídas montado en un globo.
En marzo de 1999, Bertrand Piccard y Brian Jones dieron la vuelta al mundo sin hacer escala. Completaron los 46.759 Kilómetros en 19 días, 21 horas y 55 minutos.
Hoy podemos sentirnos como Gusmao, Garnerin, Piccard o Jones subiéndonos a uno de los modernos globos actuales. Dicen que es como si flotaras en el aire, con vistas de 360º, en la dirección y velocidad que se le antoje al viento, y contemplando imágenes que con toda seguridad nunca se olvidan.
Mi nuevo amigo Nick Brau, al cual agradezco la información que me ha facilitado al respecto, puede ser de gran ayuda en vuestros inicios en caso de que os interese el magnífico mundo del globo aerostático. Trabaja en Flying Brands Image and Adventure Pty Ltd. Podéis contactar con él en su página www.globosaerostaticos.com, y a parte de vuelos particulares, su empresa se dedica a:
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- Fotografía aérea
- Ingeniería inflable
Javier Fernández.
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