Noches de tormenta está basada en una historia de amor imaginada por el escritor Nicholas Sparks, que esta vez narra la relación entre una pareja de “maduritos atractivos”.
Adrienne Willis, que vive una fuerte crisis matrimonial y familiar, pasa una temporada de reflexión en un pueblo costero de Carolina del Norte en la posada de una amiga que le encarga que se ocupe de su negocio un fin de semana en el que sólo habrá un único huésped. Se trata de un prestigioso cirujano que también, a las orillas del mar, pretende enfrentarse a su propia crisis de conciencia.
Se avecina una tormenta, y los dos se consuelan mutuamente y en un fin de semana mágico, poniendo en marcha un imparable amor.
La publicidad de la película y el trailer de la misma lo dicen todo: “Nunca es tarde para una segunda oportunidad en la vida”. De tal forma que desvelan casi por completo el argumento previsible de esta historia de amor recreada en bellas postales y que juega con la baza del tirón comercial de Richard Gere acompañado de la siempre convincente Diane Lane.
Así pues, una película sin sorpresas…y, si escarbais, algo frívola en su desarrollo.
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