Pero, como decía, para mí y para muchos hoy no es un día cualquiera y una menudencia como la anterior no me gustaría que ensombreciera el homenaje que deberíamos rendir a un hombre que dió su vida por todos, con una entrega sin límites, un hombre que tuvo una infancia dura, muy dura, pero que supo afrontar las situaciones y salir adelante con la ayuda de Dios, un hombre conciliador, bueno donde los haya y un ejemplo de virtudes para todos nosotros. Hoy se cumplen 4 años de la subida al Cielo de JUAN PABLO II, un papa que tardaremos mucho en olvidar y que su alegría y ejemplo caló en nuestros corazones y en los de muchos que ni siquiera creían en él.
Desde estas humildes líneas, quiero mostrar mi tributo a ese Papa inolvidable. Y para ello nada mejor que mostraros este vídeo (que vuelvo a repetir, pero la ocasión lo merece), que nos recuerda esa alegría del Santo Padre.
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